GRACIAS A TI

por | Oct 3, 2019 | Reflexión | 4 Comentarios

GRACIAS A TI

 

Hace muchos años que abandonaste este plano. Demasiados para mí…

Pero desde el momento de tu traspaso decidiste seguir acompañándome desde esas otras esferas en las que habitas desde entonces.

Sigo teniendo tu compañía, tu guía y, sobre todo, tu amor. Un amor que ha traspasado los límites de la fisicalidad.

Te fuiste dejándome en el comienzo de mi Vida adulta, en los comienzos de mi búsqueda de la Verdad, en los principios de mi reencuentro con todo lo que soy, con todo lo que somos todos.

Pero ese reencuentro energético de las primeras horas posteriores a tu regreso a casa, esas sensaciones tan intensas y olvidadas hasta ese momento, me ayudaron a confiar en que somos más que un cuerpo físico, más que una mente, incluso más que un alma.

Me ayudaron a confiar en que nada termina con la muerte sino más bien, que todo continúa, como si la Vida en Gaia fuera un erasmus del que regresamos repletos de experiencias y encuentros de almas, pero también felices por volver a nuestro hogar.

Y con esa certeza, he ido avanzando en mi camino, con la esperanza de recordar lo suficiente para vivir plena y feliz.

A medida que he ido redescubriendo mi sabiduría interna, esa que reposa en los corazones de todo lo creado, mi conexión con lo que existe al otro lado de los velos del olvido se ha ido ampliando, agudizando, intensificando.

Y eso me está permitiendo desde hace años sentirte cerca, muy cerca. Escucharte, hablarte, incluso verte, de otra forma, pero verte.

Y aunque para mi mente no es igual de maravilloso que palparte con mis cinco sentidos físicos, para mi corazón es más que suficiente. Es un regalo que acojo con profundo agradecimiento.

Pero de pronto y sin previo aviso, sin que nada me lo hiciera presentir, ayer los finos velos que separan cielo y tierra se rasgaron para mí.

Mágicamente, las delicadas manos de mi amiga Lola que masajeaban mi espalda se desplazaron hasta mi cuello de una forma muy familiar para mí. Y en un instante, se transformaron en tus manos, en tus firmes, cálidas y fuertes manos.

Al principio me desconcertó; pensé que quizá me había dormido un instante y tu recuerdo había regresado a mí.

Pero agudicé mis sentidos, puse en esas manos toda mi atención consciente, y ya no dudé: ¡eran tus manos!

Nunca nadie ha vuelto a masajear mi cuello de esa peculiar forma tuya. Nadie ha sabido ayudarme a conectar con mi esencia, con mi camino, con la Vida como tú lo hacías cuando frotabas mi cuello con esa fuerza y ese calor que no eran de este plano.

Mi corazón iba a estallar de alegría, agradecimiento y admiración.

Nuevamente, venías a mostrarme que todo es posible.

Venías a recordarme que la fina separación que existe entre las diferentes esferas de conciencia puede ser disuelta.

Una vez más, me ayudaste a confiar en que somos parte de un todo y que, por tanto, todo está conectado entre sí.

Esta maravillosa experiencia duró unos minutos, suficientes para integrarla no sólo en mi corazón sino también en mi mente.

Hoy soy más sabia que ayer gracias a ti.

Hoy soy más feliz gracias a ti.

Hoy veo con más claridad quién soy y cuál es mi camino gracias a ti.

TE AMO, desde siempre, hasta la eternidad.

4 Comentarios

  1. Espero que mis manos algún día lleguen tan profundo como mi corazón quiere llegar a los pacientes.
    Precioso.

    Responder
    • Seguro que lo harán. Confía!

      Responder
  2. Bello Gracias por compartir 🙂

    Responder
    • Gracias a ti por estar aquí y ahora!

      Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entradas recientes

Categorías

SUSCRÍBETE A NUESTRO BLOG

SÍGUENOS EN YOUTUBE

Pin It on Pinterest