El día que comprendí que todo era perfecto, que estaba en el lugar indicado, que no tenía ningún control sobre las cosas, que no podía planificar mi vida, que todo cuando sucedía tenía su razón de ser, especialmente aquello que no tenía ningún sentido, ese día realmente, integré el fluir con la vida. La aceptación simple y pura.
Lo que no impide que de vez en cuando siga siendo retador mantenerse ahí, bajar las manos no para rendirse, sino para recibir lo que la vida va trayendo, con agradecimiento, amor y esa comprensión interior. Mientras sigo avanzando con la intuición como guía, con el corazón como capitán del barco.
Y cuando ese estado de meditación en movimiento me permitía mirar desde mi púlpito, con autosuficiencia y cierta prepotencia espiritual apareciste tu. Y mantenerme en mi centro, se convirtió en una misión imposible, todo se removía bajo mis pies, todo cuando había pronunciado y prometido antes se estaba volviendo en mi contra, no para castigarme, sino para mostrarme que deliciosamente humana era. Y lo que inevitablemente debía volver a vivir, desde otro lugar, con diferente actitud, abierta a dejar hacer, protegiendo sin invadir.
Y desde esos ojos tristes color avellana el mundo se vía con otro brillo, válido, perfecto, hermoso. Diferente, pero que encajaba de igual manera. Descubrí gracias a ti, que mis pies estaban perdiendo el suelo, y que te necesitaba a mi lado para que tu suavemente me cogieras de la mano, permitiéndome volar mecida por el viento, libre pero segura.
Al mismo tiempo yo te desenterraba los pies del suelo para que sintieras tus alas libres sostenidas en el aire. Uno impulsando al otro, el otro sosteniendo al uno. No puedo juzgarte por ver la vida desde tus experiencias, pero sí puedo enriquecerme con ellas, al igual que tu podrás enriquecerte con las mías. No hay mejores o peores, son solo eso aprendizajes, vivencias, que nos abren el corazón y nos invitan a escuchar y sentir.
Me siento profundamente orgullosa de tu transformación, de tu encuentro o reencuentro contigo mismo que provocó que saltaran fuegos artificiales, quemando las máscaras que habías ido arrastrado gran parte de tu vida. La maestría para soltar, la generosidad para ofrecer lo mejor de tí a pesar de las heridas, la humildad de mostrarte vulnerable y la valentía de ser el único líder de tus pasos.
Fue tu corazón quien derribo los muros de los miedos y dio la mano a la loca adolescente capaz de creer y crear, de adornar con guirnaldas doradas el infierno si hiciera falta, de creer en la ilusión y el amor eterno, inmortal.
Bendita la vida que cuando menos te lo esperas te sorprende, te ofrece algo nuevo, algo mejor, algo diferente, algo que nunca te hubieras imaginado, y sin embargo, ahí está, ante tí, encajando en su lugar perfecto, natural, adecuado y siempre, mágico.
Gracias por ser, por estar, porque cada día elijo estar a tu lado y cada día tu me eliges cómo tu compañera, desde la libertad, desde la amistad, desde el respeto, desde el corazón, o lo que es lo mismo desde el amor. Porque así es el amor. Todo lo que se aleje de esto, o lo que imponga condiciones, limites, obligaciones o intransigencias. No es amor, será otra cosa, pero jamás será amor.
Amar es aceptar que el otro ya no quiera seguir caminando contigo, amar es no imponer al otro nuestras creencias por muy buenas que creamos que sean, amar es permitir que el otro tome sus decisiones aunque duelan, amar es animar al otro a que sea él mismo, amar es buscar el dialogo en vez del silencio, amar es ponerte en el lugar del otro en vez de juzgar sus actos, amar en no hacerle al otro lo que no quieres que te hagan a ti. Y el Amor se alimenta de todo esto en un mutuo equilibrio.
Hemos venido a vivir desde el corazón, a vivir el amor en todas sus manifestaciones, a sentir la plenitud y a conectar con todo cuanto nos rodea desde la paz. Vibrar en esa maravillosa melodía y dejarse llevar por ella. Lleve dónde nos lleve. Porque sea donde sea, será nuestro destino.
Asi que a qué estamos esperando para hacerlo?
Gracias sigue la vida reafirmandome lo que soy lo que es el amor que tengo y puedo compartir con otros
Abrazo de luz. Gracias por ser y por estar. Esa consciencia hace que entendamos que hacemos aquí y ahora.