LA FELICIDAD

por | Oct 10, 2018 | Reflexión | 0 Comentarios

A menudo cuando nos preguntan qué queremos para el futuro respondemos con un rotundo ¡quiero ser feliz!
Así de simple y así de complejo.

Pero en realidad, ¿qué es la felicidad?

La RAE la define como el estado de grata satisfacción espiritual y física o la ausencia de inconvenientes o tropiezos.

Al leer esta definición siento que quien la escribió no ha rozado ni de lejos la felicidad, o al menos, lo que yo creo que es ser feliz.

Para mí la felicidad es ese estado de plenitud en el que sientes que todo es perfecto, en el que no falta ni sobra nada ni nadie, en el que fluyes con la Vida con tal intensidad que te conviertes en la Vida misma.

Cuando te sientes FELIZ, no alegre ni satisfecho, FELIZ, eres capaz de conectar con el Amor Incondicional expandiéndolo en todas direcciones. Te conviertes en la máxima expresión de la Fuerza Creadora porque en esos instantes te sientes capaz de todo.

En ese estado las barreras desaparecen y nos sentimos UNO con todo y con todos.

Y en esa plenitud las dificultades cotidianas se relativizan e incluso pierden su razón de ser. Porque lo cierto es que hay muy pocas experiencias vitales que sean realmente preocupantes o dolorosas.

La mayoría de nosotros nos dejamos arrastrar por las heridas de nuestra niña o niño interior permitiendo que las lecciones vitales que atraemos nos zarandeen, nos desestabilicen y nos alejen de ese estado de felicidad que nos es propio.

Cuando eso me ocurre salgo a pasear por la naturaleza para reconectar con la Vida, para recordar que he venido a ser feliz, recordar que puedo aprender a través de la felicidad y no del sufrimiento, que el alcanzar ese estado de plenitud sólo depende de mí.

Las experiencias llegan a nosotros como grandes maestras. Debemos elegir si queremos aprender desde el esfuerzo, el sacrificio y el dolor o lo haremos desde la aceptación, el amor y la comprensión. Si somos capaces de avanzar desde la ligereza y la alegría, nuestra conexión con la Vida será más intensa y más fluida y la felicidad nos invadirá con mayor frecuencia.

Al principio puede no resultar fácil modificar nuestros patrones de comportamiento. Llevamos toda una vida reaccionando de forma similar ante las dificultades. Pero si aprovechamos esos momentos de felicidad plena que todos experimentamos de vez en cuando para replantearnos una nueva forma de vivir, la transformación será más sencilla y feliz.

Cada uno de nosotros está llamado a ser FELIZ y a compartir esa felicidad con el resto del mundo, porque dos personas que comparten su felicidad son como fuegos artificiales que iluminan a toda la humanidad y les recuerdan que ellos también han venido a ser felices, que tienen el derecho de serlo.

Así que gracias de corazón a ti que estás leyendo este mensaje por cada vez que compartes tu felicidad con otros porque de esa forma me recuerdas que yo también he venido a ser FELIZ.

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