LAS TORMENTAS DE LA VIDA, MIS GRANDES MAESTRAS
Cuando creía que ya había superado algunas de las lecciones de vida que más dedicación me han requerido resulta que aún no las había integrado del todo!
Porque si no fuera así, no se presentarían ante mí de nuevo, con todo su esplendor, con toda su intensidad, como si fuera la primera vez que las miro.
Resoplo, por un momento me enfado, dejo caer mis hombros en un signo de desesperación que cierra mi corazón.
Mi mente se bloquea ante este nuevo aparente ataque del Universo y mis emociones más dolorosas toman el control junto a unas ideas arcaicas y rígidas que doblegan mi sabiduría interna y mi equilibrio.
Siento ganas de gritar, de llorar, de patalear. ¡Basta ya! ¿Por qué estáis de nuevo aquí, hiriéndome, desestabilizándome, sacándome de mi centro?
Me permito esos momentos de desesperación, de rabia, de incomprensión.
Me permito vaciarme de esas emociones que por unos instantes han asolado mi corazón y de esas creencias que momentáneamente han bloqueado mi conexión con la Vida.
Respiro profundamente.
Y entonces, desde ese vacío, llega la calma de nuevo.
Y en esa calma comienza a mostrarse cuánto ya he aprendido de esos espejos, de esas maestras que son las experiencias.
Soy capaz de reconocer que aunque por unos segundos o minutos he sucumbido nuevamente ante las provocaciones de la Vida, lo cierto es que recupero mi centro con mayor facilidad y consigo ver cuál es ese capítulo del temario que aún no he aprendido.
Y recuerdo que esa Vida que me provoca, esa Vida que me lleva hasta el límite, esa Vida que me obliga a mirar con una mirada más amplia, esa Vida soy yo misma mostrándome el camino a mi corazón, al Amor que soy y que somos todos.
En ese momento me relajo, respiro hondo y me río de la facilidad con la que olvido que YO SOY parte de ese impulso de Amor que llamamos Vida.
Una sonrisa asoma en mis labios, mis hombros se relajan y mi corazón vuelve a abrirse para dar y recibir Amor, para disfrutar de este instante único de Ser y Estar, para ser FELIZ.
Sé que la lección aún sigue ahí, esperándome paciente, como una Maestra amorosa pero ahora estoy de nuevo lista para mirarla como lo que es: una gran oportunidad de crecer en Sabiduría y Amor.
Las tormentas seguirán viniendo a mí pero cada día bailaré mejor en ellas.
Cuanta Belleza del Alma
Tú sí que eres bella! A volar!!!