MIENTRAS DORMIMOS

por | Mar 21, 2019 | Metafísica | 0 Comentarios

 

Mientras dormimos se produce el descanso del cuerpo físico.

Biológicamente tienen lugar multitud de procesos que necesitan que nuestra mente esté dormida para poder tener lugar.

Es el momento en el que muchas partes de nosotros mismos se regeneran.

Otras aprovechan esos momentos, esas horas de descanso, para deshacerse de las toxinas, de los residuos que han ido acumulando durante el día.

 

El influjo de la luna, su energía plateada, ayuda a nuestro cuerpo físico a realizar todos estos procesos.

 

Es un momento también en el que nuestros vehículos sutiles aprovechan para descargar la información desde nuestro cerebro a nuestro corazón.

Y desde ahí, elegimos qué permanece para el día siguiente y qué no, qué lecciones hemos integrado ya y cuáles no.

Aquello que hemos integrado pasa de nuestro corazón a nuestras células y a nuestros sistemas energéticos, integrándose la sabiduría en todo nuestro Ser.

Aquellas lecciones que aún están sin comprender, sin integrar, son devueltas a nuestro cerebro para que siga manifestando ese entorno, desde él y desde nuestro cuerpo mental.

 

Pero durante el sueño tienen lugar muchos más acontecimientos importantes para nosotros.

 

A través de nuestro cuerpo astral, nuestro cuerpo emocional, abandonamos temporalmente nuestros vehículos de carne y regresamos a planos de conciencia más elevados, más sutiles.

A veces, acudimos a centros de enseñanza etéricos, lugares energéticos en los que recordamos sabiduría para poder integrarla en nuestras vidas.

En otras ocasiones asistimos a reuniones con otros seres de nuestros entornos en la encarnación en las que revisar lo planificado previamente y comprobar si aún sigue siendo lo más necesario para cada uno de nosotros.

En esos momentos, a veces tienen lugar acuerdos nuevos, en otras se deshacen acuerdos previos, bien porque la lección ya ha sido integrada o bien porque dadas las circunstancias y las decisiones que libremente hemos tomado a lo largo de nuestra encarnación aquello que planificamos ya no tiene tanto sentido.

 

Nada es rígido, nada es inmutable.

 

En otras ocasiones, acudimos energeticamente a centros de sanación que están situados en otros planos de conciencia más elevados y recibimos vibraciones de sanación que regresen con nosotros a nuestros cuerpos físicos y los reequilibren y les ayuden a recuperar su funcionamiento, les ayuden a recuperar la salud.

Como podemos ver, el descanso, el sueño, es un espacio de regeneración a todos los niveles, no solamente físico y mental, sino también espiritual, personal.

En algunas ocasiones es nuestro momento de conectar con quienes somos realmente, de conectar con nuestro Ser Superior allí donde se encuentre, de hablar con nuestros guías si lo necesitamos, de pedir asistencia a las energías angélicas que nos sostienen en todo momento.

En algunos casos, algunos de nosotros tenemos dificultades para disociar esas dos partes de nosotros mismos, esos dos trabajos, y la mente no termina de descansar y de soltar el control.

Entonces sentimos que hemos pasado una noche agitada, recordando pequeños retazos de sueños sin sentido aparente.

Y nos despertamos sintiéndonos cansados, incluso irritados, o preocupados o extrañamente incómodos.

En estos casos la mejor herramienta es la confianza en el proceso y acostarnos con la única intención de permitir a nuestros cuerpos físicos regenerarse, a nuestros mentales descansar y vaciarse de aquello que ya no necesitan, a nuestro corazón integrar aquello que hemos aprendido durante el día y filtrar las lecciones que aún quedan pendientes modulando nuestros entornos para que manifiesten únicamente aquello que necesitamos experimentar.

 

Acostémonos con la intención de que una parte de nosotros mismos vuele a casa para recuperar, para recordar, para reponerse y para rehacer todo aquello que ya no resuene en nuestras vidas.

 

Y todo esto con el corazón abierto, plenamente confiado en que el proceso será perfecto.

Si hay algo que mentalmente nos preocupa o nos hiere, podemos ir a descansar con la intención de que eso se equilibre durante la noche y al día siguiente veamos esa situación con mayor claridad.

Si queremos enviar un deseo o una petición a alguien este es el momento.

Dejemos volar a nuestro Ser con ese encargo en nuestro corazón pero sin expectativa del resultado, sólo con la intención de que a ese Ser le llegue nuestra petición o nuestro deseo, nuestra intención, siempre desde el amor y el respeto más profundo.

Lo mismo sirve para nosotros.

 

Si hay algo que creamos está en desequilibrio en nosotros, pongámoslo en nuestro corazón y confiemos en el proceso.

 

Podemos visualizarnos envueltos en color rosa de amor profundo con unas chipas azules de protección y fe y recubiertos por un óvalo blanco de iluminación y pureza.

Envolvamos así mismo, si lo deseamos, nuestro corazón en estos tres colores, y a nuestra mente, para ayudarle a descansar confiando.

Si al día siguiente llegan recuerdos apuntémoslos. Quizá hoy no tengan sentido pero mañana puede que sí. Y si no, al menos será una forma de liberarlos.

Si sentimos incomodidad o tristeza o alguna otra emoción más densa, nos aliviará inspirar profundamente tres veces poniendo la atención en nuestro corazón, conectándonos con la Madre Tierra y enviándole aquello que nos incomoda para que ella, con su amor infinito, lo transmute.

Bebamos agua pura y cristalina energetizada con nuestro amor para que nos ayude a soltar.

Sintamos cómo limpia nuestro cuerpo a la vez que lo hace con nuestros cuerpos sutiles.

Y dejémoslo ir.

 

Felices sueños, Feliz regeneración.

 

 

Imagen de Enrique Meseguer en Pixabay 

0 comentarios

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Entradas recientes

Categorías

SUSCRÍBETE A NUESTRO BLOG

SÍGUENOS EN YOUTUBE

Pin It on Pinterest