Los meses de verano, por regla general, son meses para conectar con la alegría, con la esencia vital desenfadada, presente, la chispa de la felicidad y expandir esa felicidad. Hacerla llegar a todos los espacios, a cada rincón de tu alma, de tu cuerpo, de todo lo que te rodea.
Apagar la oscuridad y mostrar la luz, la alegría y compartirla. No sólo es que tu puedas vivir esa felicidad, sino que potencies esa alegría para que se contagie a todos los demás. Convertirte en un gran sol luminoso que irradia alegría y felicidad.
Si bien este mes de julio es un mes que nos dirige a realizar un trabajo interior profundo, una vuelta a los orígenes y una vuelta a la esencia, a la conexión pura con tu centro, con la fuente, con el amor universal. Recargar para después compartir. Pero necesitas realizar ese trabajo de recargar durante la primera quincena.
Primero nos nutrimos en el recogimiento para después expandirnos. Es tiempo de soledad, es tiempo de entrar en contacto con uno mismo. Tiempo de centrarse únicamente en ti. Observar todo lo que pasa alrededor desde la inmovilidad, la neutralidad, la prudencia, el recogimiento, desde la conexión con el corazón. Esto puede ser más consciente, más buscado o incluso puede ser más accidental, podrían confluir circunstancias que te dirigen de forma natural a esos estados de recogimiento, soledad, aislamiento.
Aprovechar también para soltar, una vez más soltar, soltar de verdad, aunque cueste soltar el pasado, los viejos patrones, las emociones enquistadas, las creencias, los pensamientos que se instalan en la mente y nos anclan en lo que ya vivimos, o nos proyectan a lo que fantaseamos con vivir. Soltando. Y la únicamente forma de soltar es a través del perdón sincero. Perdonando, agradeciendo y soltando. Me perdono, me doy las gracias y me permito fluir.
Suelta libera, agradece, perdona y avanza en el camino de la luz, de la alegría. Este es el momento de reconectar contigo, con lo que realmente quieres ser y lo que realmente has venido a hacer. Caída de caretas, ya no más hipocresía en tu vida, ni miedos, no más seguir caminos tortuosos que no te llevan a ninguna parte salvo a la frustración y la infelicidad.
Ya no más ese qué dirán, Ya no más seguir los caminos convencionales. Ya no más escuchar lo que los demás quieren de ti, sean quienes sean. O que otros tomen decisiones en tu nombre. Es momento de poner límites claros desde el amor. Y comenzar a encarar el propósito de vida y avanzar en él. Empodérate y avanza. Astrológicamente este mes te impulsa en todos estos aspectos.
Formáis parte del movimiento de cambio, consciencia y ascensión en Gaia, estáis aquí por ese motivo, elegido libremente por vosotros, para que a través de la creatividad, del amor, de la luz y de la alegría elevar a Gaia. Y hacer posible esa ascensión, ese cambio vibratorio, de tercera a quinta dimensión. Y eso afectará a todo el universo.
No son momentos para anclarse en lamentos, lloros y tristezas. Son momentos para despertar, reconectar con la esencia y esa esencia es alegría y amor. Por eso es el tiempo de soltar los últimos lastres que nos alejan de esa felicidad. De quitarse las mochilas, arrancar las pieles muertas, de cortar apegos, de no dejar flecos pendientes en ningún aspecto de nuestra vida. Es tiempo de transformarnos. De liberarnos de todas las cadenas y empoderarnos. Es tiempo de vibrar en positivo. Y de permitir que todo lo demás se suelte.
Es momento de disfrutar, de sentir, de meditar en el silencio. Necesitas parar unos instantes, detener el ruido de tu vida, hacer callar las voces de tu mente y comenzar a escuchar tu silencio. Recógete en esta primera quincena, busca tus momentos para ti, reencuéntrate contigo mismo, con ese espejo que te refleja quien eres en realidad, que te muestra la grandeza de tu ser, sin artificios, ni máscaras, ni disfraces.
Puedes escuchar música suave, o dejarte llevar por los sonidos de la naturaleza, el mar, la montaña, el discurrir de un río, los pájaros, el viento o quedarte en el silencio. Es tiempo de escuchar, no de hablar, ni de tener ruidos a tu alrededor. Medita en el silencio. Escucha el latido de tu respiración. Siente tu respiración. Lleva la atención hacia adentro. Que nada oculte tu propia melodía, lo que tu corazón y tu alma te grita, lo que tu intuición te lleva repitiendo hace mucho tiempo y te niegas a escuchar.
Eres un ser de luz radiante, luminoso y bello. Todos sois trabajadores de la luz, servidores de la luz, porque formáis parte de la grandeza de la luz y por que gracias a vosotros este planeta se está transformando, está transmutando. Mientras sigáis en ese camino cada vez el cambio será más evidente y más rápido.
Amados hermanos, os observamos con agradecimiento y profundo orgullo. Os observamos como lidiáis con las emociones, con los miedos, con los valores materiales y pese a todo como os entregáis de forma desinteresada hacia Gaia, con el convencimiento que todos somos uno. La evolución de uno arrastra a la evolución de todos los demás.
Aprovecha la primera quincena para reencontrarte contigo mismo, acceder a tu sabiduría, no hallarás un trabajo más transformador, profundo y de conexión espiritual. Sin hacer ese viaje hacia ti mismo, no podrás llegar a la estación de la alegría en plenitud. Cuando lo hayas hecho podrás expandirla y rociar con ella a todo y a todos. Serás un catalizador de la alegría, del amor y de la luz.
Disfruta de cada paso, disfruta del viaje, disfruta del destino, porque desde que has nacido hasta el día de hoy que has emprendido, solo tenían un único destino: tu.
No busques maestros fuera, tu eres tu único maestro. Sigue siempre tu intuición.
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