HE DEJADO DE SER UNA GUERRERA

HE DEJADO DE SER UNA GUERRERA

Un buen día me levanté, como cada día, con la misma rutina y cuando estaba vistiéndome con la coraza y la espada de repente me resultaron extrañas, ajenas, pertenecientes a unas necesidades del ayer. Fue entonces cuando me di cuenta qué había dejado de ser una...

Pin It on Pinterest