TODO ES PERFECTO

por | May 22, 2018 | Reflexión | 0 Comentarios

Perfecto es cada día que estoy viva y me permite experimentar, compartir y aprender un poco más de mi misma.

Perfecto es asumir que ya transitaste; pese a los años que han pasado aún me sigue costando no poder abrazarte y se me llenan los ojos de lágrimas cuando pienso en ti.

Perfecto es cuando meto la pata hasta dentro y después me culpabilizo por haber dicho o hecho tal cosa o tal otra. Buscando opciones de cómo solucionarlo. Hasta que me doy cuenta que ya no puedo cambiarlo en el pasado, pero sí evitar que se repita.

Perfecto es cuando miro a mis hijos y los veo como gran el milagro de la vida.

Perfecto es cuando alguien me enseña que he hecho algo mal, que mis actos han podido herir a otras personas. Y debo pedir perdón.

Perfectas son todas las situaciones que se me han presentado y se me presentan en la vida. Gracias a ellas puedo crecer e ir aprendiendo de mis reacciones.

Perfectos son todos los errores que cometo, porque me ayudan a ser más humilde.

Perfectas son las personas que me defraudan, porque me muestran en lo que no me debo convertir.

Perfecto es todo lo que me pasa en este momento, aunque a veces no encuentre justificación o empatía para entender los porqués.

Perfecto es descalzarme en la playa, sentir la arena cálida bajo los pies y mirar el mar, hacia ese horizonte infinito que se funde con el cielo.

Perfecto es quedarme tirada en el coche con una rueda pinchada, con unos tacones incómodos, en una calle con mucho tráfico, que te pitan y te gritan.

Perfecto es ver como la gente tiene un enorme corazón para ayudarte a cambiar esa rueda del coche pinchada.

Perfecto fue mi pasado, será mi futuro, pero sobre todo es mi presente.

Perfecta es sentir la lluvia en la cara, golpeando los cristales del coche con saña, y dibujando un hermoso arco iris en el horizonte.

Perfectas son las palabras que nunca te dije, que tus oídos no llegaron a escuchar, porque el orgullo, la inmadurez y los egos malentendidos las ahogaron.

Perfecto es cuando me dicen que no, porque me ayudan a ver otro punto de vista y aceptar.

Perfectas son todas y cada una de las personas que forman parte de mi vida, los que me aman porque me ayudan a verlo todo aún más perfecto, y lo que me dañan porque me ayudan a aprender lecciones y liberar karmas.

Perfectos son mis pensamientos, ya que soy lo pienso, creo que lo pienso y mi vida es un reflejo de cómo pienso.

Perfecto es mi cuerpo que me permite estar viva, moverme, correr, pensar, abrazar, sentir.

Perfectas son las cenas que cada noche preparan mis hijos para disfrutarlas juntos. No importa el resultado, es su actitud de entrega y amor lo único que importa.

Perfecto es no conseguir lo que quiero a la velocidad que lo quiero, porque me hace parar, recapacitar y trabajar la paciencia.

Perfectos somos todos, ya que somos la mejor versión de nosotros mismos según cada momento, según cada circunstancia, según cada experiencia.

Una de las conclusiones a las que llego tras meditar, hacer yoga o canalizar es que todo es perfecto, dependiendo de en qué momento estemos lo podemos sentir con más sintonía o con menos. Obviamente en momentos muy duros de la vida, cuesta mucho verlo perfecto porque las emociones nos sobrepasan. Tal vez si creyéramos que todo obedece a un plan que nosotros mismos hemos diseñado, nos ayudaría a entender que pase lo que pase, todo es perfecto.

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