Los chakras son centros energéticos que nos ayudan a mantener conectados y en cohesión todos nuestros cuerpos desde el físico al más sutil. A través de ellos la información pasa de un cuerpo a otro, tanto en una dirección como en otra.
También entre ellos hay conexión y las experiencias que recogen cada uno de ellos son compartidas con el resto de los chakras, afectando más a unos que a otros en función de cómo vivimos dichas experiencias, de cómo las hemos registrado en nuestro mental, de cómo las hemos sentido en nuestro emocional e incluso de cómo las hemos experimentado en nuestro cuerpo físico.
Los chakras, al igual que nosotros y el planeta, están evolucionando, elevando su frecuencia, su vibración y por eso la forma física con la que se nos muestran en nuestros mentales también va cambiando, porque la imagen es vibración, cada imagen contiene una vibración distinta, más o menos elevada.
En el origen eran unos torbellinos de energía que nos permitían sobrevivir y comenzar a conocernos y a conocer el universo entero de una forma más primaria. A medida que el ser evolucionó esos torbellinos energéticos se transformaron en flores con diferentes pétalos para cada uno de los chakras en función de la tarea que realizan y por tanto de la vibración que necesita cada uno de esos centros energéticos para realizar su función. Poco a poco, en los últimos tiempos, la evolución del ser humano se ha ido acelerando y esas flores se han transformado en diamantes, una figura geométrica de vibración muy elevada que ya está en consonancia con nuestra energía y con la energía del planeta.
Esos diamantes en los que se han convertido nuestros chakras ahora realizan su función de una forma más dinámica, más ligera, más sencilla. Todo es integrado de una manera más rápida y sutil. Las informaciones que llegan a nosotros o que emanan de nosotros se comparten entre nuestros cuerpos sutiles y físico de una forma casi inmediata. Por tanto, cualquier bloqueo en uno de los cuerpos sutiles se manifiesta más rápidamente en el cuerpo físico aunque de la misma forma también es más sencillo equilibrarlo de nuevo.
Sólo es nuestro mental quien nos aparta de la información que ya recorre nuestro ser; son esas ideas ancladas firmemente en nuestro campo mental acera de lo que es real y de lo que no lo es las que están impidiendo que ese sistema de diamantes trabaje de manera más efectiva.
Así que permitamos que sea nuestro corazón quien rija desde hoy nuestro caminar, nuestro fluir, nuestras decisiones.
Poco a poco, en función de nuestro avance evolutivo, esos diamantes se irán transformando en discos solares con una energía infinitamente más elevada y que nos permitirán vivir en conexión ya no solamente con nuestros propios cuerpos sino con toda la energía del Universo. Eso nos va a permitir sentirnos conectados a la fuerza de la vida allí donde esté, sentirnos sostenidos y acompañados, sabiendo que pertenecemos como siempre ha sido a la Creación Universal, siendo uno, una con todo y con todos, compartiendo al instante con todo lo que existe la sabiduría y el conocimiento proveniente de nuestras experiencias.
Ha llegado el momento de la transformación definitiva. Llega el Humano Solar. Disfrutemos de esta nueva época, tan vibrante, tan ligera, tan libre, tan amorosa y permitamos a nuestros corazones guiarnos, dejémonos sentir pero desde el equilibrio, desde el amor, no desde el dolor o el ego.
Abandonemos todo lo que creemos saber y confiemos en nuestro corazón.
La siguiente meditación os ayudará a equilibrar vuestros chakras y ayudarles en su transformación.
Gracias por enviarme la meditación