Estoy en el lugar más bello que podáis imaginar, en el que soy luz, densa, espesa, pero una hermosa, dulce y amorosa luz, sin género, sin una materia específica, pero si muy presente. Todo cuanto me rodea es aún más luz, paradisíaca, agradable, apacible, silenciosa y llena de amor.
Lirio y Atmón están a mi lado, me encanta estar con ellos, me siento feliz, son muy diferentes. Lirio es pura risa, alegría, me mira como un novio enamorado, como un padre orgulloso, como un hermano devoto, es mi complice de andanzas, nadie mejor que él para mirarnos y explotar como en carcajadas al mismo tiempo.
Atmón es la calma, la paz, la serenidad, con él es mágico sentir la belleza que nos rodea, creo que muchas veces nos observa con profunda compasión. Él ha debido trascender esa parte. Pero ni Lirio, ni yo queremos perder nuestra alegría ruidosa. Ni transmutarla, al menos de momento.
Me han venido a buscar porque tienen que acompañarme a la pradera de las flores y la fuente púrpura. Allí nos encontramos con otros tres seres luminosos, y reconozco a uno de mis hermanos álmicos.
En cuanto nos miramos, chispas de amor y una profunda alegría nos invade. Es nuestra forma de sentirnos. Siento amor por él y ese ser, siente amor hacia mi. Nos comunicamos desde el sentir, no con vibración, ni palabras, es un lenguaje que se emite desde la luz que somos.
-.Atmón toma la palabra. «Vas a encarnar en breve en la tierra. Para tu propósito de vida es más apropiado que seas mujer, entre tus misiones tendrás que sanar el linaje femenino de tu clan, liberar apegos y miedos que ellas no han podido soltar.
Vas a tener muchos apoyos, como siempre, para llevarlo a cabo. Todo lo has elegido tu y te va a acompañar este hermano álmico, así lo ha decidido, va a ser tu hija. Vais a ser espejo una de la otra, mucho más parecidas de lo que creéis. Vais de la mano, desde la libertad y la consciencia».
-. «Me siento muy feliz de poder encarnar de nuevo, creo que ya estoy preparada para ello y es un verdadero honor volver a hacerlo contigo. Necesito que me ayudes a poner límites a quienes amo, que seas independiente y que no me sostengas, que te centres en ti, que priorizarte me enseñe a priorizarme a mi, que me confrontes, me discutas y me retes para soltar apegos y miedos.
Habrá momentos cuando seas adolescente que sentirás rabia, que no te gustaré como madre, pero será una etapa que deberemos pasar juntas. Me ayudarás a empoderarme y a amar desde la vulnerabilidad.
Romperemos patrones limitantes, modelos antiguos, seremos librepensadoras, y te mostraré el mundo espiritual para que cuando sea tu momento puedas recordar quien eres. En un momento dado me pondrán a prueba para evaluar las lealtades hacia ti y tu hermano, y en ese momento creceré aún más energéticamente y en nuestra relación de madre e hija.
Recuérdame que no todo es fortaleza, que la verdadera fuerza está en el corazón. Enséñame con tu ejemplo a ser conciliadora en mis relaciones y alejarme de posturas inflexibles.
Sé que me ayudarás en el propósito de lograr ser paciente y en el de mostrar todo mi amor hacia ti y hacia tu hermano sin competir, ni luchar por un amor que es vuestro por derecho propio, en el que más o menos no existe, porque el amor no se puede medir, solo entregar, solo sentir».
-. «Mi corazón se expande de dicha al escucharte, me alegro mucho de volver a coincidir en en otra existencia juntos. Será un honor ser tu hija, tendré que empujarte aunque no me guste, pero si es lo que necesitas para tu evolución lo haré.
Voy a nacer cuando tu más perdida te sientas, yo te devolveré a tu camino. Te necesito para que me muestres tu fuerza y al mismo tiempo tu ternura. Necesito tu fortaleza, tu fé en la vida, en la alegría y en la certeza de que pase lo que pase, todo va a ir bien.
Necesito tu apoyo, tu calor, tu visión expandida para mi misión de vida. Tendrás que ayudarme a que me exprese, a que te cuente, a ganarte mi confianza, a que mi necesidad de sentirme querida y aceptada lo refuerces, para fortalecer mi autoestima y mi poder personal.
Te elijo como madre, porque eres la única que puede ayudarme a lograr mis objetivos. Necesito que me apoyes incondicionalmente, incluso en aquellos momentos en los que tus miedos inconscientes afloren. Confía en mi. Yo confiaré en ti. Me ayudarás a ser libre emocionalmente».
-. «Hecho está, sentenció Atmón, tened en cuenta, como ya sabéis que vuestro plan de ruta lo podéis ir modificando según lo sintáis. También puede darse el caso que integréis antes del tiempo estimado lecciones, o que tardéis mucho más. Nacéis con libre albedrío.
No recordareis nada hasta que despertéis y abráis vuestro corazón. En ese momento iréis recordando lo sea necesario para ese momento. Os echaremos de menos en este plano, pero nosotros, los guías, estamos a vuestro lado siempre.
Cuanto más conectados estéis con vosotros mismos más contactareis con nosotros. También os acompañarán otros seres encarnados que con quienes os iréis reencontrando y así completar vuestro aprendizaje. Nos sentirnos orgullosos de vuestros caminos elegidos. Os amamos profundamente».
En ese momento, los seis, unimos nuestras luces dejando fluir el amor, la felicidad y la paz que nos brotaba. Formando una espiral de luz. Acabábamos de sellar nuestro compromiso espiritual. Yo deseaba ayudarle en su propósito y él/ella en el mío, la entrega nos nutría a ambos y expandía nuestro corazón».
Un par de meses antes de cumplir los 20 años, Andrea se independizó. El universo puso en su camino el trampolín para realizar sus sueños. Esos que habían viajado anclados en su alma. Justo antes habíamos vivido confinadas en la pandemia.
Ese regalo de estar juntas con su hermano nos llenó de bendiciones, reforzando los lazos invisibles que nos unían, devolviéndonos a sentir que éramos, somos y seremos «familia y mucho más», llegando a compartir una conexión con el momento presente única y especial.
Mágicos instantes, vivencias, compartires. Miro como se aleja de mi y entra en otra casa, y siendo como se me parte el corazón en dos, en tres, en mil, en millones de pedazos, pero ya no me escondo, ni evito llorar, sino que lloro felizmente por mi, por ella, para ella.
Porque no sólo lloro por pena, su ausencia duele, se la echa mucho de menos, llena los espacios con su presencia. Lloro por verla inmensamente viva. Lloro por sentirme tan orgullosa de esa mujer valiente, amorosa y capaz de comerse el mundo a bocados, que muchas veces sigo viéndola con sus coletas, sus ojos vivos, su lengua suelta y sus abrazos de oso.
Justo en ese momento sentí a mi madre a mi lado, sonriendo con lágrimas en su cara, a mi abuela mirándome con su dulce ternura, a mi bisabuela asintiendo con su cabeza, a mi tatarabuela guiñándo el ojo, y al resto del numeroso linaje femenino de nuestro clan mostrándose.
Y ahí supe que de alguna manera lo estábamos haciendo bien, fuera lo que fuera. Y sentí como danzábamos libres, semidesnudas, mecidas por la música de los tambores, empoderadas, diosas, hechiceras, en otro espacio, en otro tiempo, mientras la tierra húmeda latía imparable bajo nuestros pies.
Mi amor, gracias por encarnar a mi lado, por ayudarme a crecer, a enfrentarme a mis fantasmas, por hacerme sacar los dientes, por reírne contigo, por apoyarme en mis sueños. Aprendo de ti, como tu aprendes de mi.
Gracias por acompañarme en esta vida para que consiga cumplir mis propósitos, por elegirme como madre. Espero mantenerme en mi centro para percibir todos los detalles del compromiso que establecimos, y si no, estoy segura de que de una forma u otra me lo harás ver.
Sigue la estela de tus sueños vida mía, es el mapa invisible que has trazado, que nada, ni nadie pueda imponerte los suyos. Y cuando tengas dudas en alguna encrucijada respira y escucha tu corazón, la respuesta está en ti.
La luz y el profundo amor de mi corazón están siempre contigo. Gracias, gracias, gracias.
Te quiero con toda mi alma.
0 comentarios