NADA ES LO QUE PARECE
Nada es lo que parece. Todo lo que veis o percibís, lo que escucháis, es sólo una de las manifestaciones de lo que está ocurriendo en realidad. Una visión, una percepción limitada de todo cuanto acontece en vuestros mundos, limitada y sesgada. Sesgada por vuestros filtros personales, por vuestras creencias, por vuestras experiencias, incluso, por vuestras emociones del momento en el que lo experimentáis o lo percibís.
Esto es válido para cada instante de vuestras encarnaciones, pero de manera especial en este presente que tanto os está costando aceptar.
Recordad que permanecéis inmersos en una gran matrix en la que todos estáis interconectados entre vosotros, todos y cada uno de vosotros sois afectados e influidos por los demás de la misma forma que vosotros influis en el resto inevitablemente, invariablemente.
Así que cuando juzguéis y critiquéis a otros tened muy presente que parte de ese juicio y de esa crítica, parte de la energía que estáis enviando con ellas, os llegará de vuelta. No como un castigo sino como parte de una ley natural porque todos estáis conectados.
De la misma forma, cuando lo que enviáis es Amor, Paz, Alegría y Confianza, esto es lo que recibís.
No se trata de que comprendáis al resto de los seres con los que habéis elegido compartir encarnación. No se trata de que justifiquéis nada de lo que ellos digan, hagan, piensen o sientan.
Podéis tener diferentes ideas, diferentes actitudes, diferentes decisiones, pero os invitamos a respetar la existencia de cada uno de los seres que habitan Gaia., porque de esa forma también vosotros obtendréis respeto.
Cuando sintáis que el otro no os respeta escuchad atentamente vuestros corazones, pero sobre todo vuestras mentes, y percibid en cuántas ocasiones no estáis respetando vosotros a los demás ni a vosotros mismos.
En cualquier caso, lo que creéis ver del otro es sólo una minúscula porción de quién es, una foto fija de un instante que no define quién es.
Parece que en este momento todo en vuestros entornos está sumido en el caos cuando en realidad lo que está ocurriendo es un gran reordenamiento de las energías existentes en el planeta en este momento.
Un gran tsunami energético se ha producido en el planeta desde hace meses, y sigue haciéndoos tambalear, dándoos volteretas, para que podáis soltar por fin las viejas energías, los viejos cismas, las viejas creencias, ya obsoletas.
Sin daros cuenta muchas veces os aferráis a un pasado que ya no existe, pues nada permanece inmóvil en la creación.
Os da miedo avanzar, porque todo lo nuevo os aterra, porque teméis perderos si soltáis lo conocido, porque teméis moriros cuando en realidad morís con cara respiración.
Estáis en muerte y en nacimiento continuo, cada instante de vuestras vidas son una muerte y un nuevo renacer, no solamente emocional o espiritual sino también físico, pues vuestras células se renuevan constantemente.
Así pues, ¿qué habríais de temer si forma parte de vosotros soltar lo viejo y aceptar lo nuevo?
Todos los dolores, las heridas viejas, los conflictos, las guerras, el odio, el miedo, los abusos que habéis vivido como humanidad durante la última era están siendo transmutados. Pero antes de desaparecer deben ser vistos y atendidos para que la sabiduría que incorporaban pueda ser integrada por cada una de las almas valientes que en este momento estáis encarnando en Gaia.
Recordad esto, Almas Valientes, todas y cada una de las almas que estáis encarnando. Independientemente de cuál sea su movimiento en este instante, el mero hecho de llegar a Gaia es un acto de valentía pues no es labor fácil dejar atrás la luz que somos, encajarnos en un vehículo denso y limitado hasta el momento, caminar ciegos y sordos sin saber para qué y por qué estamos aquí.
Es un momento en el que energéticamente estáis también recibiendo oleadas de códigos estelares de multitud de lugares más allá de vuestro planeta y diferentes dimensiones. Cada uno de vosotros recibirá aquellos códigos, aquella información de luz para la que ya está listo.
En función del camino del despertar que hayáis experimentado hasta el momento actual y en función de las experiencias anteriores en Gaia se acoplarán en vosotros unos códigos u otros, siempre de manera perfecta, ninguno mejor que otro, sencillamente cada uno a su ritmo irá integrando y despertando en sí mismo la sabiduría para la que ya está listo.
Realmente no hay prisa, esto no es una carrera. Todos procedemos del mismo punto y al mismo punto regresaremos.
La única diferencia será la calidad de ese viaje. Que sea más o menos fácil, más o menos brillante, más o menos colorido. Pero cada uno puede y debe elegir cómo realizar el viaje, ninguno mejor que otro. Todas las experiencias de cada uno de vosotros contribuyen a la expansión de toda la creación, al incremente del recuerdo, a la mirada de La Fuente sobre sí misma a través de cada uno de vosotros, de nosotros.
Así que todo suma y nada resta.
Incluso las experiencias en desamor, en dolor máximo, nos permiten reconocernos, expandirnos y mirar la creación desde otro punto, pues aunque ahí a vosotros todo os puede parecer una eternidad cuando sufrís en realidad es sólo un instante en vuestras existencias.
Cuando perdáis el centro, cuando perdéis la calma, recordad que Gaia está amorosamente dispuesta a ayudaros a recobrar la Paz. Conectaros con ella desde el corazón o a través de vuestros pies o de vuestras manos.
Conectad también con vuestro Sol y con el resto de lugares que existen en vuestra galaxia y de los que estáis recibiendo amor a borbotones, luz infinita y sabiduría, para ayudaros a recobrar el timón de vuestras vidas y de vuestra vida como sociedad, como humanidad.
Si es vuestro deseo, cuando os vayáis a dormir solicitad ayuda para integrar los códigos estelares para los que ya estáis preparados.
Puede que alguna imagen, algún dibujo, algún sonido, algún olor o algún color llega a vosotros en sueños o lo largo del día siguiente. Yo os invito a anotarlo para hacerlo presente en vosotros, para tomar contacto con la energía de esos códigos, con esa capa de información que se va a activar en vosotros.
Los códigos son como llaves que abren puertas que ya están en vosotros. Esas puertas conducen a recuerdos ancestrales, a conocimiento que ya está en vuestro Ser.
Así pues, no temáis y confiad en el proceso.
La rejilla crística y diamantina que recubre a Gaia también está sufriendo cambios, más que sufriendo experimentando porque es un verdadero gozo el que ella está viviendo al poder expandir su vibración más allá de su dimensión actual.
Esta nueva rejilla está formada por energías mucho más elevadas, más sabias, más fluidas, más flexibles que le permiten acceder a partes de sí misma que hacía mucho tiempo no recordaba. Este conocimiento y esta sabiduría al que Gaia está accediendo está disponible para vosotros de forma inmediata.
Podéis conectaros bien con la rejilla bien con el corazón de Gaia para solicitar esta información, siempre respetando que llegue a vosotros aquella para la que estéis listos. No es un tema de derecho, tenéis derecho a toda la información por nacimiento. Se trata de respeto por vosotros mismos, por vuestro ritmo, por vuestro camino. Un parvulario no comprendería una raíz cuadrada, este es el ejemplo que os pongo.
No hay prisa, cuando todo esté en su justo momento llegará la información precisa.
Os invitamos a apartaros del caos, del odio, de la incomprensión, del juicio, de la separación.
Cuando veáis a vuestros hermanos en esas mismas posiciones no os dejéis contagiar sino enviadles calma, respeto, paz.
Recordad que una parte de vosotros mismos también se está manifestando ahí.
Aún quedan meses de miradas intensas, meses en los que quizá podáis pensar que estáis perdiendo cuando en realidad estáis ganando.
Nada es lo que parece.
Os invitamos a ir más allá de lo que veis, de lo que escucháis, de lo que sentís, pues todos los velos están cayendo uno a uno. Mientras caen no os permiten ver lo que están revelando.
Pronto una nueva sociedad, una nueva humanidad solar relevará a la anterior.
El ritmo al que cada uno accederéis a esta nueva forma de vosotros mismos será distinto, pero perfecto en cualquier caso.
Recordad que sois creadores de vuestras realidades, que manifestaréis aquello en lo que os enfoquéis.
Así pues, si lo que veis fuera os desagrada transformaros por dentro y manifestad un nuevo orden externo.
No culpéis al otro, ni siquiera a vosotros mismos. Sólo ocuparos de modificad las cosas en vuestro interior y sed pacientes y albergad paz y confianza en el proceso.
No estáis solos, ahora menos que nunca.
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Imagen de Michal Jarmoluk en Pixabay
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